En estos tiempos de pandemia los conflictos que nuestras sociedades sufrían se han agudizado, con el agravante de que la mayoría han pasado a estadios todavía más inferiores en las agendas y en las preocupaciones de políticos e instituciones. Estarán olvidados por muchos, pero permanecen y aumentan. Entre ellos el de la emigración y el refugio que obtienen esos migrantes, millones de personas que vagan entre países en busca de dignidad y oportunidad. Presentamos cinco películas que nos pueden ayudar a reflexionar sobre el tema. Cinco visiones diversas que nos enriquecerán el pensamiento y ante las que seguro no permanecemos insensibles.
Mediterránea
(Jonas Carpignano, 2015)
Ayiva y Abas, son dos jóvenes amigos que deciden marcharse de su empobrecido país, Burkina Faso, cruzando el Sáhara hasta llegar a Libia y pagando a las mafias alcanzar la costa italiana. El sueño de miles africanos de llegar al paraíso europeo esconde una odisea personal ante la que el bombardeo constante de noticias nos ha dejado inmunes. Película de enorme actualidad, cuenta con el añadido de unos interpretes que no son actores, sino los propios protagonistas del drama que están contando.
El impactante final nos dice mucho de cómo los europeos estamos recibiendo y acogiendo a estos seres humanos, que según llegan a nuestros países se convierten en ciudadanos explotados e invisibilizados.
The visitor
(Thomas McCarthy, 2008)
Puede ser el reverso de la obra anterior, aunque sin engaños. Existe buena gente con ganas de acoger y ayudar a los refugiados en las sociedades ricas y desarrolladas. Pero también existe un sistema y unas leyes crueles y que no entienden de valores ni sentimientos.
Walter Vale es un profesor universitario que se encuentra en su apartamento de Manhattan a una pareja de inmigrantes ilegales viviendo en allí. Tarek, un músico sirio, y Zainab, su novia senegalesa, han sido engañados por alguien que les ha alquilado el apartamento. Aunque en un primer momento Walter los echa de su casa, se lo piensa bien y les dejar regresar, acogiéndoles. Entre ellos surgirá una entrañable amistad, que será puesta a prueba por un sistema legal inhumano. Tarek será detenido y recluido en un centro de internamiento para ser deportado a Siria…
Alma Mater
(Philippe Van Leeuw, 2017)
Traigo a este espacio esta asfixiante película belga porque la he tenido muy presente durante estos meses de confinamiento. Si alguien quiere saber lo que es estar encerrado en un piso sin poder salir, porque la muerte acecha realmente en el exterior, que vea Alma Mater. Además aprenderá por qué millones de sirios -o de cualquier país en guerra- huyen y se vienen a nuestros países, anhelando una segunda oportunidad, o simplemente su derecho a vivir.
Una madre y sus tres hijos dan refugio a unos vecinos en su piso en una ciudad en guerra. Bombas, francotiradores, ladrones y violadores los asedian. Lo que se desarrolla dentro de ese hogar es la supervivencia. ¿Quién se atreve a juzgar sus actos?
La clase
(Laurent Cantet, 2008)
Rodada como si fuese un falso documental, nos relata el desarrollo de un año escolar en una aula de adolescentes, en un instituto público de un barrio marginal y multiétnico de París. La motivación y profesionalidad de François, un joven profesor de lengua, chocan con lo que viven sus alumnos y las respuestas que da el propio sistema educativo.
La clase se convierte en un microcosmos de la realidad social francesa, extrapolable a muchos otros países europeos, y nos sirve para reflexionar sobre cómo acoge el sistema educativo a la diversidad inmigrante y cuál es su respuesta ante los conflictos que se plantean en el día a día de un aula. Imprescindible para cualquier educador.
Elysium
(Neill Blomkamp, 2013)
Una concesión al cine más comercial y palomietro, que no viene mal de vez en cuando. Además la distopia que plantea Blonkamp para el 2059 no nos es nada extraña: en una Tierra devastada por la contaminación y la superpoblación solo viven aquellos que carecen de recursos -la mayoría- y no pueden acceder a la estación espacial Elysium, donde habita la élite adinerada. En dicha estación una empresa controla todo, al tiempo que garantiza que los miles de refugiados de la Tierra no accedan a ese paraíso de bienestar.
Una excelente media hora inicial, donde se plantean cuestiones de calado, además de acción y entretenimiento con concesiones comerciales; para evadirse y pensar a la vez.
Chema González Ochoa es historiador, periodista y cinéfilo. Trabaja como director de programas en la Fundación SM