¿Cuántas prendas hay en tu armario? ¿Cuándo y dónde compraste ropa por última vez? ¿Abres tu armario y no sabes qué ponerte? ¿Cuánto gastaste en las últimas rebajas?
Estas preguntas y pensamientos como “tengo demasiada ropa” o “no tengo nada que ponerme” es frecuente que ronden nuestra cabeza,pero quizás más allá de si tenemos mucho o poco o lo adecuado, pocas veces reflexionamos sobre qué pasó antes de que esa ropa llegara a nuestro armario.
¿Te preguntas quién la hizo? ¿y dónde? ¿cómo? ¿Cómo llegó hasta la tienda dónde la compraste?
FAST FASHION: aceleración de la producción y del consumo
La producción de la ropa que nos ponemos tiene un impacto, un gran impacto. Un impacto medioambiental y social que en los últimos años se está disparando exponencialmente gracias al fenómeno de la fast-fashion.
Se calcula que se producen 100.000 millones de prendas anuales (según ASIRTEX) y que se consume un 60% más de ropa que hace 15 años, a la vez que se conserva la mitad de tiempo.
La competencia es feroz, por lo que las empresas del sector textil consideran que la única forma de hacer rentable su negocio y competir es “deslocalizando” sus fábricas. Al mismo tiempo la producción se acelera: se multiplican las colecciones y la producción de nuevas prendas cada 15 días. El fundamento de la fast-fashion es ése: crear prendas de peor calidad y con una vida muy corta, a un coste muy barato, y que duren poco en el mercado (quedando desfasadas enseguida por una nueva tendencia).
Si miras las etiquetas de las prendas que tienes en casa verás que la inmensa mayoría están producidas en países asiáticos o no europeos. La producción de ropa – incluso la producida por marcas españolas o europeas – se ha trasladado desde hace ya tiempo a otros países para aprovechar las condiciones laborales más ventajosas para las empresas, en naciones con normativas más laxas respecto al número de horas trabajadas, el tiempo de vacaciones o los salarios mínimos. Por ejemplo: en Camboya el salario mínimo es de 140 euros mensuales, y la legislación permite trabajar hasta 58 horas semanales (incluyendo horas extras).
1 CAMISETA = 2.500l de agua (+ altas contaminaciones, emisiones y residuos)
El impacto medioambiental de la industria textil también es muy alto. Hay fuentes que afirman que es el segundo sector industrial que tiene mayor impacto en la polución, sólo por detrás de la producción de petróleo. Las sustancias químicas utilizadas en su producción, las mezclas de tejidos de diferentes usos,todo ello genera un alto nivel de contaminación en el lugar dónde se producen y un impacto negativo en las personas que trabajan en su elaboración – a veces sin apropiadas medidas de protección.
Además hay que añadir el gasto de recursos. Se calcula que en producir una camiseta, la prenda más utilizada por el consumidor europeo, se emplean 2.500 litros de agua. A eso hay que añadir las emisiones de la industria- la segunda más contaminante, los tóxicos que se vierten a los ríos o los envoltorios plásticos que se generan para envolver la ropa con las consecuencias que ya conocemos.
Y es grande también el impacto de los residuos. Se calcula que en Europa se generan al año entre 1 y medio y dos millones de toneladas de basura por ropa desechada. El poliéster, empleado en la mayoría de las prendas de ropa que hay en el mercado tarda más de 200 años en descomponerse.
CONSUMO Y AUTOIMAGEN
Otro factor importante que debemos considerar es que el consumo de ropa está profundamente enlazado con un estilo de vida. La adquisición de prendas de vestir dejó hace tiempo de ser una necesidad para cubrir nuestro cuerpo, abrigarnos, o protegernos y paso a ser un elemento de ocio y entretenimiento, acorde con un estilo de vida que promueve el consumo, y asocia el vestirse con la auto imagen personal y la autoestima.
Y TÚ, ¿QUÉ PUEDES HACER?
Vale, perfecto, ya tenemos algo más de información. Muchas de estas cosas las intuíamos o las sabíamos, pero ¿qué podemos hacer?. Te sugerimos algunos pasos, algunas ideas para empezar poco a cambiar y darle la vuelta a tu consumo de ropa:
Y finalmente, cuando vayas a comprar….piensa dos veces si lo necesitas
Autor: Lourdes Valenzuela, miembro de la comisión de ecología de Entreculturas
Fotografía: Pablo Martín Ibáñez