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Cinco películas en femenino

Tiempo de lectura: 3 minutos

Pasada la gran manifestación reivindicativa del 8 de marzo, era obvio que en este mes teníamos que dedicar la sección a destacar cinco películas en femenino. Son cinco buenas películas que todavía se pueden encontrar en las carteleras españolas. Algunas han sido dirigidas por mujeres y en otras son las mujeres y su mundo las protagonistas. Como toda selección es arbitraria, me he guiado fundamentalmente por el criterio de calidad cinematográfica, propuesta reflexiva y cierta actualidad.

1.- Cafarnaúm (Nadine Labaki, Líbano, 2018) La directora de la conocida Caramel no abandona su país natal, Líbano, para seguir contándonos lo que pasa en su caótica tierra (Cafarnaúm significa en francés desorden) y para dar un golpe a nuestras conciencias. Zaín, un adolescente que ha pasado por prisión, que ha visto como su hermana ha sido vendida por su padre por unos pollos y que debe hacerse cargo de un bebé etíope, decide denunciar a sus progenitores por traerlo al mundo.

Durísima, conmovedora hasta hacerse en ocasiones insoportable. Algunos críticos la han tachado de pornomiseria, para otros una obra necesaria que debe despertar al espectador. Que cada uno la juzgue, pero la directora sabe bien lo que filma. La realidad de la infancia en un país como el Líbano supera siempre a la ficción.

2.- Roma (Alfonso Cuaron, México 2018). Hermosa carta de amor del director a quien fuera su cuidadora y trabajadora doméstica en el hogar roto de sus padres. Un profundo reconocimiento a esas personas invisibles que siguen sustentando tantos hogares y entregando su vida a cambio de casi nada. De fondo, un México en transformación tomado por las protestas estudiantiles. Rodada en blanco y negro, es una maravillosa lección de cine. Excelente en lo formal, bellísima y estéticamente irreprochable, trasmite y emociona, aunque a mi entender le falta algo para llegar a lo más profundo.

Todo un homenaje a las mujeres, en un mundo en donde los hombres no saben no entienden o no quieren aceptar la realidad ni el compromiso. (Quizá esta exageración sea el maniqueísmo más negativo de la película).

3.- Sofia (Meryem Benm’Barek, Marruecos, 2918). Benm’Barek, directora nacida en Marruecos y formada en Europa, hace un retrato de la situación de la mujer marroquí en una sociedad machista, cerrada y clasista a través de una joven que se queda embarazada. En Marruecos cualquier relación fuera del matrimonio está penada y el código de honor masculino es mucho más importante que la dignidad y la salud de la embarazada o de su feto.

Rodada casi como un documental en el que la cámara sigue a la asustada joven por una Casablanca occidentalizada por fuera -grandes avenidas llenas de tiendas, restaurantes, mujeres con faldas, coches europeos-, pero que encierra una sociedad arcaica, donde el peso de la tradición y las clases sociales caen especialmente sobre las mujeres.

4.- Una cuestión de género (Mimi Leder, Estados Unidos, 2018). Al más estilo Hollywood y sin la sensibilidad de su homónima marroquí, la directora estadounidense Mimi Leader nos recuerda que, en la bien publicitada democracia norteamericana, las cosas tampoco han sido fáciles para las mujeres.

Una cuestión de género narra las dificultades que tuvo la jueza Ruth Bader Ginsburg para llegar a ser miembro del tribunal Supremo de los EE.UU. Para alcanzar tal distinción tuvo que enfrentarse primero en la Universidad y después en el ejercicio laboral a las numerosas trabas y presiones de un mundo y unas leyes dominadas por los hombres y que mantenían un estatus quo discriminatorio.

Lo más destacable de la película, junto con a la lucha por la igualdad de las mujeres de la hoy popular jueza Ruth Bader, es el apoyo incondicional de su marido y ese compartir igualitario en lo personal y profesional.

5.- Las Herederas (Marcelo Martinessi, Paraguay, 2018). Una joya que nos llega desde el lado sur del Atlántico, y que es muy posible que pase sin pena ni gloria por nuestras carteleras. Cine íntimo, moroso, sin estridencias ni subrayados. Todo sucede sin que parezca que ocurre, en silencio y con profundas miradas. El arte de la elipsis.

Una mujer sexagenaria que ha vivido de las rentas de una herencia y llevando en silencio y a escondidas sus cicatrices, deberá reinventarse tras acabarse sus recursos y ausentarse su pareja. Para ganarse la vida hará de taxista de otras mujeres tan vacías y abandonadas como ella. La exploración de almas femeninas con exquisita sensibilidad y emoción.

Chema González Ochoa es historiador, periodista y cinéfilo. Trabaja como director de programas en la Fundación SM

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