Tras unos meses complicados, el verano parece habernos traído algo más de tranquilidad en este tiempo de incertidumbres crónicas. Tenemos por delante unas semanas de cierta calma que podemos aprovechar para ver cine. Traigo aquí algunas sugerencias, en su mayoría distendidas y con un toque de nostalgia vinculado al paso del estío, época del año que mejor queda anclada en nuestros recuerdos, especialmente durante la adolescencia y juventud.
Con la frescura que requieren estos días, voy a dejaros una colección de películas entretenidas y variadas con el trasfondo del verano. Seguramente no son la mejores, pero son las que me vienen a la memoria, más por un recuerdo emocional que intelectual.
CUENTA CONMIGO
(Rob Reiner, 1986)
Mil veces vista y siempre nueva, es una de esas películas que nos enseñan los ritos de paso de una época a otra de nuestra vida. En un pueblo perdido de Oregón, un grupo de amigos adolescente inician la búsqueda del cuerpo de un muchacho desaparecido siguiendo las vías del tren.
El espectador no queda indiferente a la pequeña odisea que viven los chicos, pues es tan fácil reconocerse en ellos y descubrir en uno mismo rasgos de nuestro paso a la madurez, que es imposible no identificarse. Tierna, nostálgica y perturbadora, ha permanecido en mi recuerdo tanto como la inolvidable canción que le da título en inglés (Stand by me). Un buen ejemplo de cómo puede hacerse una magnífica película con un libro mediocre.
MOONRISE KINGDOM
(Wes Anderson, 2012)
En un campamento de verano Sam y Suzy, dos adolescentes se conocen y se enamoran. Convencidos de su profundo amor y de la incomprensión de su alrededor huyen a un lugar solitario para poder vivir a su manera, lejos del mundo reglado del campamento o de las normas sociales y parentales.
El sello personal de su director -el toque vintage del campamento scout y del pueblo es impagable-, y la disparatada historia trufada de sátira, surrealismo y ternura, convierten la película en una obra original y conmovedora. Parece un cuento infantil, pero es solo la apariencia de una complejidad barroca, no solo en la estética ni en la gramática, también en la semántica. Seguro que no gusta a todos, pero yo me reconozco rendido admirador y nostálgico de los alocados campamentos scouts.
YESTERDAY
(Danny Boyle,2019)
La película ideal para una tarde o noche de verano. Comedia para cualquier público, con su dosis de romanticismo, un excelente guion y unos personajes entrañables a los que se une la música de los Beatles. ¿Alguien se puede resistir?
Un día de verano un músico callejero decide abandonar su poco exitosa carrera artística. Esa misma noche sufre un accidente, al tiempo que se produce un completo apagón en todo el planeta. Cuando el músico se repone se da cuenta que es la única persona en el mundo que conoce las canciones de los Beatles. Y este perdedor se convertirá de la noche a la mañana en un exitoso intérprete de uno de los mayores legados musicales del siglo XX. Un ejercicio de nostalgia maravilloso para volver a disfrutar del impagable catálogo de canciones de los chicos de Liverpool y de una historia amable con su dulces moralejas.
ANTES DEL AMANECER
(Richard Linklater, 1995)
Siento cierta admiración por Linklater y su intento de mostrar el paso del tiempo en sus películas. La primera de la trilogía protagonizada por esa pareja que se conoce en un tren y termina formando una familia, es para quien esto escribe la mejor.
Una de esas historias que todos los que hemos hecho interrail siempre hemos soñado vivir. Aunque claro, sin tanta conversación y sin sus dos secuelas. Película de culto indie, con dos buenos actores cuya química hace creíble y sostenible muchas de las debilidades de la obra. La fase inicial de todo romance que no se sabe hacia dónde nos llevará. Titubeos, disgresiones, juegos de miradas, mucha conversación y Viena al fondo. Por momentos encantadora y sutil, a veces aburrida y verborréica. Tiene su punto si se lo coges desde el principio.
VERANO DEL 42
(Robert Mulligan,1971)
Una de esas películas personales e ineludibles que forman parte de mi educación sentimental y cinematográfica.
Tres amigos pasan el verano en una isla de Nueva Inglaterra, justo en esa edad en la que van a cruzar la misteriosa frontera al mundo adulto a través del primer amor … y si sigo escribiendo sobre el argumento sonará a cosa vista…Pero Verano del 42 contiene algo que nos retrata, y está envuelta en un cautivador halo de nostalgia y ternura. Es imposible no enamorarse de la esplendida Jennifer O´Neill; su figura paseando por la playa, la maravillosa música y la escena final son indelebles.
Chema González Ochoa es historiador, periodista y cinéfilo. Trabaja como director de programas en la Fundación SM