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CORRE POR UNA CAUSA: CORRE POR LA INFANCIA REFUGIADA

Tiempo de lectura: 6 minutos

  • “Corre por una Causa” se celebra cada año en más de 20 ciudades de España, y tiene el objetivo de promover la participación, sensibilizar a la ciudadanía española, y recaudar fondos para sus proyectos de cooperación

  • Este año la carrera solidaria tiene como objetivo respaldar el derecho a la educación de niños y niñas en situación de refugio o desplazamiento forzoso

Corre por una Causa”, la carrera solidaria organizada por las ONG Entreculturas y Alboan, se celebrará en esta edición en 14 ciudades de España con el objetivo de recaudar fondos para destinarlos a proyectos de cooperación en países de África, América Latina y Asia.

Es 12ª edición, que tendrá lugar de manera presencial en Madrid, Cádiz, León, Logroño, Sevilla, Úbeda, Málaga, Barcelona, Valladolid, A Coruña, Zaragoza, Vitoria, Bilbao, Pamplona, con la opción de inscribirse también en la modalidad virtual y participar en cualquier momento, independientemente del lugar en el que se resida. También correremos dentro de las instalaciones de algunos centros educativos de Vigo, Gijón, Oviedo, Badajoz, Villafranca de los Barros, Córdoba, Valencia y Murcia.

Corre por una Causa es el circuito de carreras más grande del territorio español, que podemos llevar a cabo gracias a la generosidad y al trabajo de nuestros 735 voluntarios y voluntarias en nuestras 27 Delegaciones españolas. El Voluntariado es el motor principal de este proyecto, sin nuestra red territorial sería imposible ejecutarlo. Es un regalo.

LA CAUSA DE ESTE AÑO

El objetivo de esta edición es defender el derecho a la educación de los niños y niñas que viven en situación de refugio o desplazamiento forzoso. Para ello, los fondos recaudados con las carreras irán destinados a proyectos que contribuyen a garantizar al alumnado un espacio seguro en el que poder jugar, formarse y crecer lejos de la violencia. Algo esencial en un mundo con cerca de 420 millones de niñas y niños afectados por las guerras y los conflictos armados.

De la mano del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS, por sus siglas en inglés), nuestro socio local en el terreno, trabajamos este perfil de proyectos en países como República Centroafricana, R. D. del Congo, Ucrania, Líbano, Tanzania o Colombia. Países que cuentan con una realidad compleja donde la escuela ofrece a niños, niñas y jóvenes herramientas para protegerse, atención psicosocial para superar los traumas ocasionados por la guerra, alimentación diaria y un espacio de convivencia, de seguridad y de paz para sus vidas.

La educación es clave para fomentar el diálogo frente al conflicto, la empatía frente a la hostilidad, la acogida frente al rechazo. La educación es fundamental para la creación de una cultura de paz, para construir un mundo más justo y solidario. La escuela es refugio. La escuela les ofrece herramientas para protegerse, atención psicosocial para superar los traumas ocasionados por la guerra, alimentación diaria y un espacio de convivencia, de seguridad y de paz para sus vidas.

El proyecto Carrera crea cada año una UNIDAD DIDÁCTICA para trabajar con alumnos y alumnas en los diferentes centros educativos, ayudarles a reflexionar sobre la temática vinculada al proyecto, sus causas, sus consecuencias, y proponerles una serie de actividades para que compartan entre ellos y se enriquezcan mutuamente.

A través de nuestros proyectos, atendemos, protegemos y acompañamos a la infancia refugiada y a sus familias y comunidades. Les ofrecemos atención humanitaria, atención psicosocial, apoyo educativo y espacios de juego y convivencia que les permitan recuperar su rutina y acceder a un futuro digno.

Para ampliar esta información, puedes descargar nuestro informe: «Escuelas que construyen paz. Espacios de protección y garantía de derechos para la infancia refugiada»

Algunos de los ejemplos del trabajo que realizamos Entreculturas y Alboan en defensa del derecho a la educación en contextos de emergencia, y que vinculamos a la Carrera son:

República Centroafricana: Escuelas Refugio

Desde el estallido de la violencia en República Centroafricana en el año 2013, más de 740.000 personas han cruzado la frontera -sobre todo hacia Camerún, República Democrática del Congo y Chad- en busca de refugio.

La inestabilidad política y la crisis económica que vive el país ha debilitado los servicios sociales básicos, afectando principalmente al sistema educativo: el acceso a la educación es muy limitado, las infraestructuras son deficientes y la calidad de la educación es muy baja. Esto provoca un elevado índice de deserción escolar que hace que los niños, niñas y adolescentes se enfrenten a realidades de reclutamiento por parte de grupos armados, delincuencia, explotación sexual, matrimonios precoces y forzados o violencia física y psicológica.

En este contexto, junto a JRS, trabajamos en la región de Bria para reforzar 6 escuelas y lograr que se conviertan en verdaderos espacios de acogida y protección. Abordamos también la formación del personal docente para que puedan impartir una educación más cualificada, al tiempo que fomentamos actividades de apoyo psicológico y talleres de primeros auxilios en las escuelas.

Líbano: escuelas de paz

Hace ya 11 años que comenzó la guerra en Siria, un conflicto de consecuencias devastadoras para la población, especialmente para los más pequeños. Más de 12.000 niños y niñas han perdido la vida o han sufrido heridas a causa del conflicto. En muchas ocasiones los niños han sido víctimas de reclutamiento forzoso y las niñas se han visto forzadas a caer en redes de prostitución.

La situación de la educación en el país es dramática. Las escuelas y universidades han sido atacadas de manera reiterada, 1.584 hasta la fecha, y las tasas de abandono escolar son muy elevadas. La situación en las escuelas que han seguido funcionando es deplorable: aulas hacinadas, poco profesorado, incapacidad de impartir una enseñanza adecuada debido a los traumas del profesorado y del alumnado.

Líbano cuenta con la peculiaridad de acoger a un volumen de personas refugiadas sirias que equivale a una cuarta parte de la población del país. La debilidad de las infraestructuras y la escasez de recursos para hacer frente a un flujo de refugiados tan significativo, las explosiones de agosto de 2020 en el puerto de Beirut, la pandemia del coronavirus y la situación a nivel político han sumido a gran parte de la población local, junto con las personas refugiadas, en una situación de vulnerabilidad que ha provocado tensiones y violencia entre la población refugiada y la receptora. Más de 300.000 niños y niñas refugiados siguen sin escolarizar.

Ph: Nacho Esteve, Entreculturas

Junto al JRS llevamos implementando desde 2012 programas para la atención y acogida de personas refugiadas en Líbano. Nuestros programas educativos están focalizados en educación preescolar, educación primaria y apoyo escolar tanto en zonas urbanas como rurales.

Trabajamos junto con los menores y sus familias para hacer posible que los niños y niñas puedan acceder a una educación de calidad y puedan, en la medida de lo posible, ingresar en el sistema educativo libanés. Además, trabajamos en las comunidades de origen y en las refugiadas para construir paz y fomentar la convivencia.

Colombia: Escuela de Acogida

Se calcula que más de 7 millones de personas venezolanas han salido del país durante las dos últimas décadas. El 85% se está quedando en los países de la región, como Colombia, que está intentando responder a nivel regional con esfuerzos articulados de ayuda humanitaria. Sin embargo, las cifras son tan grandes que han generado una presión insostenible sobre los recursos y servicios públicos nacionales. En la frontera central con Colombia, la ciudad de Arauca, con una población de casi 90.000 habitantes, cuenta con casi 37.000 personas refugiadas venezolanas, lo que está generando situaciones de tensión y conflicto. Ofrecemos atención humanitaria integral para el bienestar físico y psicosocial de las personas refugiadas, distribuyendo bienes y servicios de primera necesidad, acompañamiento psicosocial para la sanación, y orientación jurídica y apoyo legal.

Junto al JRS LAC (Servicio Jesuita para los Refugiados en Latinoamérica y Caribe) trabajamos para ofrecer acceso a la educación a los niños y niñas refugiados y para fortalecer espacios protectores y de prevención, tanto en instituciones educativas como a nivel comunitario, que les permitan alejarse de dinámicas de violencia y ser constructores de paz.

MÁS INFORMACIÓN EN WWW.CORREPORCAUSA.ORG

 

 

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