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Cuatro hechos de nuestro mundo que nos están llevando a este marco global (1º parte)

Tiempo de lectura: 4 minutos

Nos encontramos en un mundo que lleva recorrido un largo camino hacia la convergencia. El marco global es un proceso en el que la humanidad se encuentra inserta desde hace muchos años y seguramente se prolongará por otros muchos. En este mundo global coexisten cuatro dinámicas impulsoras, hechos de nuestro mundo que nos están llevando a este largo proceso de convergencia en el que hay ganadores y perdedores.

El primer proceso que debemos tener en cuenta es la invasión y el dominio del mercado. Nuestros abuelos y bisabuelos no vivieron esta cultura del mercado, ellos venían de culturas de la austeridad. La cultura del mercado se desarrolla a lo largo del Siglo XX, a partir de 1910-1920, impulsada desde los EEUU. 1979 es un año importante, ya que por primera vez China, aislada hasta ese momento, se incorpora al mercado internacional. Por último, a partir de 1989-1991 se incorpora a este único mercado el bloque comunista.

La historia que nos cuentan sobre esta invasión de dominio es un relato de éxito. Desde 1991 1.000 millones de personas han salido de la extrema pobreza, la mayoría de ellas son chinas. El mercado se extiende e invade poco a poco muchos otros ámbitos: nuestro ámbito humano cercano, el familiar, el institucional, todos nos movemos en torno a las leyes del mercado.

Hay un relato de éxito sí, pero desde 2011 tenemos la certeza de que al mismo tiempo que se propaga el mercado y millones de personas salen de la pobreza, también se abren enormes brechas de desigualdad.  Todos los países están experimentando un crecimiento de la desigualdad. En nuestro país desde 2008 lo hemos experimentado de manera clara.

La desigualdad crece y crece a nivel global y no sabemos cómo frenarlo. En consecuencia hay, a nivel internacional, una convergencia económica global y una divergencia a nivel de los países. Y en esta situación, la segunda consecuencia es que se producen grandes movimientos de personas en los que conviven dos grupos diferenciados de personas:

  • Trabajadores cualificados que aspiran a tener un puesto de trabajo en cualquier lugar del mundo y que cuentan con mejores oportunidades
  • Trabajadores genéricos, con escasa formación que compiten internacionalmente a la baja por conseguir un puesto de trabajo

Millones de migrantes económicos, personas que buscan un trabajo. La verdad es que hoy, es más probable que una persona de un país rico migre que de un país pobre, porque tiene más posibilidades de movimiento, sin embargo todas las cámaras están puestas en las migraciones de los pobres ¿por qué? Como dice Adela Cortina, tenemos miedo al pobre, lo que ella denomina como “aporofobia”.

La tercera reacción a la invasión del mercado es la colusión entre este y la política que se alían en su propio beneficio. Los grandes lobbies económicos tienen una gran influencia sobre las políticas económicas de nuestros estados de manera creciente. Tiene que ver con el enorme volumen de las grandes multinacionales.

Ante esta situación, ¿cómo actuar?

Cuando hablamos de desigualdad, el marco en el que nos movemos es un marco nacional. Las desigualdades, hoy en día, se atajan a nivel nacional con políticas fiscales. Y es ahí en el área de la economía del bien común, donde tenemos un espacio en el que poder contribuir. Empezar a pensar en una economía al servicio del ser humano.

En este tiempo de crisis en España hemos aprendido muchas cosas y entre otras, hemos aprendido que primero ha sido la economía y después están las personas. Todas las políticas y las decisiones se han tomado primero pensando en la economía y solo en ella, de hecho seguimos esperando, que estas se pongan al servicio del ser humano.

La segunda dinámica global es la extensión de los bienes comunes que son cada vez más. Necesitamos gestionarlos de una manera compartida. Cuando hablamos de bienes comunes estamos pensado en los bienes de la naturaleza, de los cuales nos servimos pero que tienen su propio valor y su propia integridad: el clima, el agua,…recursos naturales de la biodiversidad.

Todos ellos profundamente amenazados desde hace 200 años pero sobre todo desde la II Guerra Mundial. Los sobreexplotamos y los consumimos sin medida. Este modo de consumo es insostenible y lo es en dos aspectos:

  • Porque es injusto, ya que el reparto de esos bienes que tomamos de la naturaleza no es equitativo.
  • Porque ese modo de consumir tiene una fecha de caducidad ya que no podemos en el futuro seguir consumiendo como hasta ahora.

Ante esta dinámica se producen dos tipos de reacciones:

  • Reacción parasitaria: Si todos los bienes los repartiéramos a todos nos iría mejor, pero si los utilizo de manera parasitaria beneficiándome yo pero no los demás, el mal lo pagarían otros, se lo dividen entre los otros. Yo gano mucho y lo que pierden los demás al estar repartido no se nota tanto. Si pensamos en el clima, por ejemplo, cuanto más contamine, más poder de negociación. China es un ejemplo. En 1979 China apenas contaminaba. Hoy, sin embargo, cualquier solución que aborde la problemática del clima tiene que pasar por un diálogo con China.
  • Refugiados climáticos: 25 millones de personas que se desplazan a causa de los desastre naturales que sufren en sus países de origen y la cifra sigue creciendo.

¿Qué hacer?

Estas dos reacciones se producen en un marco internacional. Debemos, por lo tanto, encontrar un sistema de regulación del uso de los bienes comunes, una gobernanza global. El sistema de Naciones Unidas no es suficiente y necesitamos sistemas políticos que tengan la capacidad y la autoridad para regular el uso de estos bienes comunes.

Pero no basta esto, necesitamos además, una conciencia de vivir y pertenecer a un solo mundo: conciencia de ciudadanía global. Sin esta conciencia de solidaridad global será inviable la gestión sostenible de los bienes comunes, porque debemos reconocer que el resto de los habitantes del planeta son igualmente sujetos de derecho de estos bienes.

Este artículo continua en este segundo post.

Patxi Alvárez de los Mozos es jesuita, anterior Secretario Internacional para la Justicia Social y la Ecología y actual colaborador de Alboan y Deusto

Este post ha sido extraído de la ponencia que Patxi Alvárez ofreció en el XVII Encuentro Anual de Entreculturas «Nuestra Cooperación en un Mundo en Cambio» en septiembre de 2017

Dibujo de Jaime Martínez Toro (registrado en www.safecreative.com) “Silvio en el país de los gigantes” del cuento” El Viaje de Silvio”@AFTERPERDICES

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