En un acto de firma de convenio con una de las mayores empresas del país, en el que Entreculturas era el beneficiario de un amplio paquete financiero con el que podría seguir extendiendo su misión; se proyectó un video corporativo que refleja el acuerdo de colaboración y también los valores y principios que van a estar presentes en el trabajo de la organización. Había un fotograma del vídeo que llamaba la atención. Esta imagen congelada reunía perfectamente los elementos que se interrelacionan para analizar la estrategia de innovación de una organización como la nuestra.
Veamos los elementos que componían esa imagen:
Entreculturas, un financiador estratégico; una alianza (trabajo colaborativo); un para qué (una visión) y unos cómos (con innovación, compromiso y calidad).
¿Qué papel juega la palabra innovación en esta composición?, ¿Qué peso tiene? O mejor dicho, ¿Qué peso le queremos dar?, ¿Refleja alguna intencionalidad o es un “eslogan” que está de moda? La innovación, tal y como aparece en la foto, no es un elemento más; no es el fin, es el medio, la herramienta, la estrategia para; es del desde dónde…
Afortunadamente, el Plan Estratégico de Entreculturas ya nos marca el camino de la innovación. No desde un eslogan de marketing sino desde el deseo de transformar la organización en una cultura ágil, creativa e innovadora; promoviendo nuevas capacidades y actitudes que nos permitan adaptarnos a los cambios y momentos de incertidumbre que nos toca afrontar (como misión y sector).
En definitiva, la pregunta que constantemente debemos hacernos es: ¿Cómo podemos cambiar nuestra forma de trabajar y de relacionarnos para afrontar los desafíos y retos que tenemos como organización social en un entorno tan complejo e incierto?
Hace tiempo que se ha puesto de moda el término VUCA en el mundo empresarial y algo menos en el social. Las siglas responden al acrónimo de volatilidad (volatility), incertidumbre (uncertainty), complejidad (complexity) y ambigüedad (ambiguity) que caracteriza al mundo en el que vivimos ahora.
Problemas complejos y globales que requieren soluciones sistémicas y novedosas, donde la tecnología es un elemento relevante, presente y constante en nuestra vida pero que no es la llave mágica que soluciona todo. Creo que todavía no hemos comprendido que la transformación digital va de tecnología, sí; pero sobre todo y principalmente va de personas, de actitudes y de nuevas formas de pensar y relacionarse.
Las organizaciones sociales no estamos fuera de este debate. De hecho, cada vez queda menos margen para el debate: Innovación sí o innovación no. No hay vuelta atrás y cuanto antes despejemos esas dudas, mucho más tiempo ganaremos en comprender nuestro nuevo rol y de ponernos manos a la obra. No podemos caer en esa doble ingenuidad de que existen varitas mágicas en la innovación y de que este tema no va con nosotros.
La innovación social es un término que aunque no es nuevo, sigue generando mucho debate en su propia definición y enfoques en el ámbito público, privado y del tercer sector. Es más, no existen grandes consensos entre las organizaciones sociales en lo relacionado con su medición e impacto debido a su alto grado de complejidad y nivel de fragmentación (COTEC, 2018).
Sin entrar en teorizar sobre este concepto podemos definir la innovación social como:
“Cualquier actividad nueva que corresponda a una necesidad social que involucre y movilice a sus beneficiarios y que en cierta medida, transforme las relaciones sociales mejorando el acceso de los beneficiarios al poder y los recursos” (The Young Fundation, 2012)
Es decir, contiene tres perspectivas interrelacionadas tal y como se describe en (Moulaert, 2005)
- Una dimensión de producto/ contenido relacionado con satisfacción de necesidades humanas no satisfechas.
- Una dimensión de proceso que implica cambios en las relaciones sociales y de los niveles de participación
- Una dimensión de empoderamiento y acceso a recursos necesarios para estimular el derecho de la satisfacción de las necesidades humanas y de la participación.
Hablamos por lo tanto de problemas económicos, sociales y ecológicos que implican nuevas formas de relacionarse; empoderando a las personas y aportando nuevas soluciones desde una mirada más sistémica e integral. Difícil reto para tiempos complejos.
Partiendo de esa mirada de nuevas formas de hacer, relacionarse y aportar valor a los nuevos retos que como organización tenemos; decidimos participar en el Programa Work4Progress de la Fundación la Caixa en Perú, cuyo reto es: “La mejora del empleo e ingresos de jóvenes y mujeres más vulnerables en dos zonas de Perú a través de nuevas metodologías de innovación social”
Un reto que nos descoloca como organización (no en el reto en sí) sino en la forma de hacer, en el “cómo se hace”; nos lleva a otras formas de plantear la intervención en el que los marcos lógicos dan paso a las estrategias de diseño centrado en las personas; esto es, activamos el sentido de la escucha más que nunca.
Desafío no sólo a nivel interno de la organización sino también externo; ya que implica trabajar bajo una lógica de plataforma (grupo de organizaciones que intervienen con un mismo objetivo y en el que el poder de decisión está distribuido entre ellas) de organizaciones que no sólo ejecutan sino que aprenden durante el proceso. Una nueva forma de colaboración en la que la transparencia y la confianza son la base de la relación.
Este proceso, nos está llevando a nuevas formas organizativas del trabajo, a nuevas formas de relacionarnos (interna y externamente), a aprender rápido de los errores y a conocer mucho mejor quiénes son nuestros beneficiarios/as, a entender mejor sus valores, creencias, miedos y sueños. La innovación es humana; es trabajar la empatía y la escucha y es dar las oportunidades para que las personas puedan desplegar sus talentos y sean lo que quieran ser con dignidad y respeto.
Por último, estas nuevas dinámicas de entender la realidad: ¿Nos servirán para seguir mejorando en nuestro trabajo pero sobre todo, aprendiendo como organización social? La respuesta está en nosotros y nosotras.
Gustavo Cotrina es responsable de Innovación en la Fundación Entreculturas.
A continuación, queremos compartir una serie de pequeñas píldora formativas de Gorka Espiau, experto en innovación social y asesor del Programa Work4Progress quien nos cuenta de forma sencilla, en qué cosiste la innovación social y sus componentes en los proyectos de cooperación.