El día 22 es abril es el que la ONU ha declarado como el Día Internacional de la Madre Tierra[1] y, sin entrar a valorar la utilidad o no de que un grupo de mandatarios (manifiestamente culpables o, en el mejor de los casos, cómplices de la destrucción de nuestro planeta) declaren un día para proteger la Tierra, me gustaría aquí comentar lo que para mí es una equivocación en el enfoque del día que se manifiesta claramente en el lema escogido “proteger nuestras especies”.
Creo un error colocarnos como protectores de la naturaleza y de sus especies. Este lema pretende colocar a la humanidad como responsable de la solución y “olvida” mencionar las causas del problema, el capitalismo, que busca maximizar los beneficios y las riquezas de unos pocos a costa de acabar con nuestra Casa Común. Estoy seguro de que dentro de este sistema depredador, no hay posibilidad de salvación, ¿qué hacemos entonces?
Desde mi punto de vista: Repensar nuestra forma de consumir, viajar, votar, pasar el tiempo libre…, vivir, en definitiva. Soy consciente de que, muy probablemente, los verdaderos responsables de la destrucción de nuestro planeta no van a leer estas líneas pero, parafraseando a Saramago: “Existen dos superpotencias en el mundo; una es Estados Unidos; otra, eres tú”. Entonces, como sabemos que los pirómanos no van a apagar el fuego, nos toca hacer de bomberas. Para eso, lo primero es no alimentar el fuego y lo segundo, denunciar a los responsables.
Con toda la legitimidad, quien esté leyendo esto se preguntará si hay alternativa. He pasado los últimos años de mi vida conviviendo con los pueblos indígenas de la Amazonia brasileña y, a la vista tanto de mi experiencia vital como de los datos oficiales, puedo decir que la alternativa a la destrucción pasa por apoyarles (a ellos y a otros movimientos populares como los trabajadores y trabajadoras rurales sin tierras) en sus luchas.
Sin pretender idealizar a estas sociedades, lo que es innegable es que las tierras que ocupan, especialmente las más lejanas a los centros de producción y consumo capitalistas, son las que mejor consiguen sobrevivir a la devastación, según la ONG Survival, el 80% de las regiones con mayor biodiversidad del planeta son los territorios indígenas[2], sus territorios están mejor preservados incluso que las reservas naturales y, por lo tanto, apoyar la lucha de estos pueblos por el reconocimiento de sus territorios tradicionales es luchar por la preservación medioambiental y la supervivencia de toda la humanidad.
¿Cómo lo hacen? Pues siendo conscientes de algo tan simple y lógico como que su supervivencia depende de la del medio en el que viven y protegiéndolo contra la avaricia del ‘hombre blanco’. En una oportunidad, Mukawa Maraguá, cacique de la aldea Kãuera del pueblo Maraguá, me decía lo siguiente: “A mi madre biológica yo no la conocí, ella murió cuando yo era muy joven, quien me crió y me dio el sustento fue la madre Naturaleza y, si ella también muere, no va a haber nadie que me dé el alimento”. Es con esa humildad, proveniente de la certeza de lo dependientes que somos, que creo que debemos conmemorar este día (y el resto).
[1] https://www.un.org/es/events/motherearthday/
[2] https://www.survival.es/guardianes
P.D El título de esta entrada es el lema usado por el CIMI (Conselho Indigenista Missionário).
Fede Gerona Plá es físico por accidente de la juventud y cooperante e indigenista por opción. Ha trabajado los últimos años en la Amazonia brasileña con el CIMI. Fue VOLPA entre 2014-2016
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