Este año, el 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nos acerca a los contextos de vulnerabilidad en los que trabajan Entreculturas y Alboan en América Latina y Caribe, de la mano de uno de nuestros principales socios en terreno: Fe y Alegría.
La realidad del continente latinoamericano refleja altos índices de violencia, fruto de las desigualdades existentes: económicas, de participación ciudadana, entre mujeres y hombres, etc… siendo la violencia de género una realidad normalizada, vivida en el seno de la familia, pero también presente públicamente en la discriminación que niñas y mujeres sufren en los distintos ámbitos de la vida social. La cultura machista predominante incrementa la vulnerabilidad invisibilizada de mujeres y niñas y amenaza los derechos sexuales y reproductivos de estas.
Una manifestación especialmente dramática de violencia es la elevada tasa de embarazos en adolescentes en la región, que conlleva la aceptación naturalizada del abandono escolar de la niña o joven, hecho del que se deriva un incremento de su vulnerabilidad social. Según el diagnóstico realizado por Fe y Alegría al inicio del Convenio Regional de Educación Transformadora, desarrollado en 7 países (Perú, Bolivia, Colombia, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana y Haití), el 55% de los y las docentes de las 150 escuelas participantes, pensaba que “tener una alumna embarazada en clase no era un buen ejemplo para las demás”; razón por la que recomendaban que la alumna dejara de asistir a clase. Asimismo se ha comprobado que la escuela, en función de la educación que imparta, puede reproducir estereotipos de género que estigmaticen a las mujeres, o protegerlas y empoderarlas frente a la violencia de género.
Ante esta realidad, Entreculturas y Alboan han apostado por afrontar el desafío de la desigualdad de género y la violencia, a través de un convenio regional, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) con un presupuesto de 4,4 millones de euros.
Dicha intervención, desarrollada en los últimos 6 años (2014-2020), ha permitido llevar a cabo 10 proyectos agrupados en torno a dos grandes líneas de trabajo: “Calidad Educativa desde la equidad de género” y “Prevención de la violencia y construcción de la cultura de paz”. En total se han beneficiado 150 escuelas públicas (105 de Fe y Alegría y 45 de centros estatales del gobierno) y 113.595 personas (91% niñas, niños y adolescentes, 9% docentes y personal directivo).
Se trabajó desde una triple dimensión: primero, describiendo la realidad y dando visibilidad a la desigualdad entre hombres y mujeres. Segundo, identificando e interpretando las causas de esas diferencias y desigualdades. Y, por último, comprometiendo a todos los actores implicados (comunidad educativa) con la transformación de las desigualdades de género.
En estos seis años de intenso trabajo se han generado espacios de aprendizaje libres de violencia, se ha reflexionado sobre esta realidad, se han generado nuevas prácticas educativas y se ha fomentado la cultura de paz e igualdad. Muy importante ha sido también el trabajo en red y la promoción de liderazgos juveniles, un factor que garantiza la sostenibilidad de este proceso a medio-largo plazo.
En concreto, en el marco de la línea de Calidad Educativa desde la equidad de género, el trabajo con la comunidad educativa ha conseguido que se incorpore la perspectiva de género en el currículo educativo (oculto y visible), considerando la formación previa de los equipos directivos y docentes, y provocando un impacto real en las prácticas de aula. Por su parte, los y las jóvenes han mejorado sus relaciones, han recibido una educación no sexista y logrado un aprendizaje integral desde la equidad de género.
Desde la segunda línea del Convenio, de Prevención de violencia y construcción de una cultura de paz, los niños, niñas y jóvenes han mejorado su capacidad de relación en condiciones de igualdad; se han apropiado de esa cultura de paz con enfoque de género y han logrado crear un clima escolar más favorable. Los equipos docentes y directivos de los centros educativos han incorporado estrategias de esa cultura de paz. Y las familias del alumnado empiezan a reconocer patrones de violencia y sus consecuencias, además de implicarse con esta causa y de movilizarse.
La evaluación del Convenio de Educación Transformadora arroja aprendizajes que dan pistas sobre aspectos a seguir implementando en los procesos educativos y sobre desafíos aún existentes que requieren ser abordados. Dicha evaluación ha puesto foco en los siguientes 4 estudios de caso desarrollados:
- Colombia, en el centro San Lucas de Cartagena de Indias: Cultura de Paz con enfoque de género en una escuela estatal.
- Perú, en Piura, centro Fe y Alegría nº 42: Una comunidad educativa implicada con la equidad de género.
- República Dominicana, en Santo Domingo, centro educativo Fe y Alegría Angélica Massé: Construyendo escuela desde el cuidado.
- El Salvador, Escuela el Jícaro, en Ahuachapán: Creando oportunidades en una escuela rural.
PARA PROFUNDIZAR
Para leer más de la evaluación, buscar: bit.ly/EvaluacionEducacionTransformadora
Visionar estos vídeos puede ampliar tu información sobre esta realidad.
Vídeo resumen del convenio de Edudación Transformadora: https://youtu.be/x54VQW4O7NA
Proyecto radiofónico de animación juvenil: https://youtu.be/A9LcfetAXpI
El rap de Ramón. Una educación que transforma vidas: https://youtu.be/fX1fqVTTjso
Yenny y Robersi. Una educación que transforma vidas: https://youtu.be/xq7HIpApUTw
Mariela Claribel, llamado por la igualdad y la equidad de género: https://youtu.be/rilvOMBqY2Q