Además de la pandemia del COVID19, 243 millones de niñas y mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja o de alguna persona cercana. Son cifras de la pandemia de discriminación y violencia que ya sufren millones de niñas y mujeres en el mundo. Los contextos de emergencia y en particular las crisis sanitarias, como ya ocurrió durante la crisis del Ébola 2014-2016, aumentan su vulnerabilidad y las expone a sufrir mayor violencia física y/o sexual, embarazos precoces, matrimonio infantil o mutilación genital femenina como consecuencia del aumento de la pobreza, el aislamiento, y el abandono escolar.
UNFPA prevé que el efecto total de la pandemia de COVID19 podría resultar en 13 millones de matrimonios infantiles adicionales y, debido a las interrupciones de programas de prevención, podrían ocurrir 2 millones de casos de Mutilación Genital Femenina durante la próximo década que de lo contrario se habrían evitado. Así mismo, durante los próximos 6 meses se esperan 31 millones de casos adicionales de violencia de género como consecuencia de las medidas de confinamiento que obligan a niñas y mujeres a convivir con su maltratador. Una “pandemia en la sombra” como lo ha denominado la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka con grave consecuencias en el bienestar físico y psicológico de niñas y mujeres.
A esta situación hay que sumar la crisis educativa, 168 países han cerrado sus escuelas, lo que representa el 70,6% del alumnado mundial fuera de las aulas. La escuela representa un espacio de seguridad y protección para muchas niñas y jóvenes que viven en contexto de vulnerabilidad, refugio y/o desplazamiento forzado. Ante este tipo de crisis, el cierre de la escuela las aleja del único espacio de socialización, las exponen a mayor violencia, a sobrecarga de tareas domésticas y a trabajo infantil.
Desde La Luz de las Niñas sabemos bien que la escuela juega un papel fundamental para prevenir y proteger frente a la violencia desde nuestra experiencia de trabajo en 15 países a través del programa y, junto a nuestros socios Fe y Alegría y El Servicio Jesuita a Refugiados, atendiendo ya a más de 32.000 niñas.
Las historias de las niñas como Michel Ange, Sima, Mireille o Kim, nos muestran cómo la escuela tiene un papel fundamental en la protección y prevención de la violencia contra las niñas, así como de prácticas dañinas. Ante la situación actual, millones de niñas y jóvenes están en riesgo de no volver nunca más a la escuela. Para hacer frente a esta situación. La Luz de las Niñas ha puesto en marcha en Perú, Guatemala o Chad campañas de sensibilización por radio, o a través de mensajes en el móvil, para concienciar a las familias y las comunidades sobre la prevención de la violencia y la importancia de la educación de las niñas. Las acciones van encaminadas a garantizar una mínima cobertura educativa de las niñas, prevenir y sensibilizar a las familias y a las comunidades sobre la prevención de la violencia y la importancia de su educación, apoyo psicosocial para seguir acompañándolas durante la crisis y para el empoderamiento y el liderazgo.
Desde la Luz de las Niñas, reivindicamos el derecho de las niñas a participar y tomar sus propias decisiones. Ahora más que nunca, en momentos de crisis y en la futura recuperación, hay que escuchar sus voces. Además de atender sus necesidades y garantizar sus derechos, hay que aprovechar esta crisis para responder reforzando capacidades, liderazgo y participación de mujeres y niñas. Estamos comprometidas con las personas más vulnerables y seguiremos trabajando para que la pandemia del COVID19 no agrave esta otra pandemia silenciosa, la de la discriminación y la violencia que sufren millones de niñas y mujeres en todo el mundo.
Para seguir aprendiendo
Pincha aquí si deseas leer el informe del UNFPA
4 historias que no puedes perderte: www.laluzdelasninas.org/4-historias
Isabel Menchero y Laura Lora son las autoras de este artículo y las responsables de la campaña La luz de las niñas