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Navidades en verano

Tiempo de lectura: 4 minutos

¿Cómo se celebra la Navidad en otros lugares del mundo? ¿Cómo vive este momento familiar, íntimo, de descanso, una persona que ha tenido que huir de su país y que tiene por delante un camino lleno de incertidumbre?
Fernando, VOLPA en Brasil, ha vivido una Navidad muy diferente, aquí nos la relata:

Soy Fernando Arnal voluntario de larga duración VOLPA, pertenezco a la delegación Aragón y desde diciembre de 2019 estoy viviendo en Boa Vista (Brasil). Aquí colaboro (y lo haré durante por lo menos un año) con el Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados atendiendo a personas provenientes, en su mayoría, de Venezuela.


Boa Vista se encuentra en el estado de Roraima (su capital), el más al Norte de Brasil, y tiene frontera terrestre con Venezuela (a 200 km) y Guyana (a 150 km).
¿Por qué VOLPA? Hay experiencia que cambian la vida, la mía fue cuando visité a mi hermana en Kampala (Uganda) durante su estancia allí como voluntaria VOLPA.

Imagen turística del centro de la ciudad.

Siempre me resultó curioso descubrir porqué el tiempo pasa más rápido en determinados momentos o en distintos lugares. Ya hace más de un mes que llegué a Boa Vista como VOLPA para colaborar con el SJMR Brasil.
EL TIEMPO VA MÁS RÁPIDO AQUÍ. Los días son intensos, descubriendo realidades duras y complicadas de frontera. No es una adaptación fácil: el calor y humedad te agotan, el cambio de horario dificulta el descanso, las situaciones personales que encuentras te desbordan emocionalmente, etc. Aunque PARA OTROS EL TIEMPO PARECE INMÓVIL, detenido, sin avanzar, sin nada que hacer; especialmente en estas fechas navideñas tan especiales en las que todos deseamos pasar con nuestras familias.

Buses públicos de Boa Vista con decoración Navideña

Fue a principios de diciembre cuando tomé mi maleta con destino a Brasil; una maleta llena de dudas y esperanzas, muchas expectativas, mucha ilusión. Aunque también había hueco para pensar en cómo iban a ser estas Navidades “diferentes”, lejos de mi familia. Desde mi llegada encontré un equipo de trabajo muy comprometido e implicado que, además, nunca me dejaron solo y me facilitaron mi particular proceso de adaptación. ¡¡Se iban acercando las fechas!! No tenía un plan definido, pero las invitaciones para que “no pasara las fiestas solo” se fueron presentando. Por suerte para mí, las fiestas Navideñas fueron bastante parecidas a las que acostumbraba: tiempo en familia/amistades, abundante comida y bebida, muchas cosas que celebrar y, sobre todo, tiempo para compartir con seres queridos, gente con historias increíbles que acabo de conocer. Aunque, desgraciadamente, las Navidades fueron muy distintas para muchas otras personas en Boa Vista.

Reparto colectivo de comida a mediodía

Nunca imaginé que pudiera vivir unas Navidades a 40°C, aunque sinceramente tampoco me hubiera gustado imaginarme que existieran las Navidades sin un hogar donde estar o sin una comida que llevar a la boca de mis hijos, sin ninguna esperanza de poder volver a mi país próximamente, con la incertidumbre de qué es lo que pasará con mi familia mañana o si este nuevo país y esta nueva lengua me permitirán una vida digna, cómo se encuentran mis seres queridos que dejé allá o si los que ya marcharon han podido encontrar nuevas oportunidades. ESA NAVIDAD TAMBIÉN EXISTE y es la que viven cientos de migrantes que deambulan por Boa Vista, muchos en situación de calle, casi todos con sus niños –muchos menores-. La mayoría llegados de Venezuela con la esperanza de una vida mejor pero que se encuentran aquí “bloqueados” ante la imposibilidad (también geográfica) de continuar su trayecto migratorio.

Filas de migrantes esperando a ser atendidas en el SJMR Boa Vista

¿Hasta cuándo va a durar ese éxodo masivo de venezolanos? ¿Qué futuro les espera después de dejar sus casas? ¿Habrá una “generación perdida”? ¿Qué será de estas familias y estos niños dentro de 10 años?

 

Fernando Arnal Calvo, voluntario VOLPA

 

 

2 Comentarios

Terida
Reply
23 enero, 2020 at 7:21 pm

Cuando se siente el dolor y la.necesidad del.otro,y veo que estoy aportando, que estoy sirviendo, entonces vale la pena porque voy aprendiendo con el servicio. Que? Solo se sabra mas adelante.
Celebro el tiempo de Fer aqui em Brasil y espero seguir leyendo mas de su experiencia, por ahora solo lê puedo decir que vale la pena.
bênçãos em sua caminhada

Gerardo
Reply
26 enero, 2020 at 9:01 am

Un abrazo muy GRANDE a Fernando, al servicio jesuita a MIGRANTES, y al pueblo venezolano. Espero q se haga justicia y la situación mejore.

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