La pandemia complica el objetivo
La desigualdad en el mundo se elevó por primera vez en décadas y la pobreza extrema se concentra en zonas donde es más difícil erradicarla
Los datos ofrecidos por los informes más recientes, tanto del Banco Mundial como de EAPN (European Anti-Poverty Network) no animan al optimismo. Los avances en la reducción de la pobreza de han vuelto a frenar tras la pandemia y el escenario mundial no ayuda a pensar en una rápida recuperación. Lamentablemente es poco probable que se alcance el objetivo de poner fin a la pobreza extrema en todo el mundo a más tardar en 2030 si durante el resto de esta década el crecimiento económico no muestra tasas inéditas en la historia, algo que se antoja imposible. Así lo augura un nuevo estudio del Banco Mundial (octubre 2022) en el que se concluye que la COVID‑19 representó el mayor revés para los esfuerzos de reducción de la pobreza a nivel mundial desde 1990, y que la guerra en Ucrania amenaza con empeorar la situación.
En la nueva edición del informe del Banco Mundial titulado La pobreza y la prosperidad compartida se presenta el primer panorama completo de la pobreza en todo el mundo después de la extraordinaria serie de conmociones producidas en la economía mundial en los últimos años.
Se estima que la pandemia empujó a unos 70 millones de personas a la pobreza extrema en 2020, el mayor aumento en un año desde que comenzó el seguimiento de estas cifras, en 1990. En consecuencia, se calcula que 719 millones de personas subsistían con menos de USD 2,15 al día a fines de 2020. (Desde este otoño, la línea internacional de la pobreza para el Banco Mundial será de 2,15 dólares, es decir, todas las personas que vivan con menos de esa cantidad de dinero a día serán consideradas en situación de pobreza extrema)
El año 2020 marcó un punto de inflexión histórico: la era de la convergencia de ingresos en el mundo dio paso a la divergencia. La mayor parte del costo de la pandemia recayó sobre los más pobres: entre los sectores que se ubican en el 40 % más bajo de la distribución, las pérdidas de ingresos alcanzaron un promedio del 4 %, es decir, el doble que entre el 20 % más rico. Como resultado, la desigualdad mundial se elevó por primera vez en décadas.
En el nuevo informe se ofrecen por primera vez datos actuales e históricos sobre la nueva línea mundial de pobreza extrema, que se ha elevado a 2,15 dólares al día para reflejar los datos más recientes de paridad del poder adquisitivo, de 2017. La pobreza extrema disminuyó drásticamente en todo el mundo entre 1990 y 2019, el último año para el que se dispone de datos oficiales. Pero los avances se desaceleraron después de 2014, y los responsables de formular políticas se enfrentan ahora a un contexto más complejo, pues la pobreza extrema se concentra en las áreas del mundo donde será más difícil erradicarla: África subsahariana, zonas afectadas por conflictos y zonas rurales.
En la actualidad, África subsahariana alberga al 60 % de todas las personas en situación de pobreza extrema: 389 millones, más que cualquier otra región. Aquí la tasa de pobreza se acerca al 35 %, la más alta del mundo. Para alcanzar el objetivo de reducción de la pobreza fijado para 2030, cada país de la región debería lograr un crecimiento del producto interno bruto (PIB) per cápita del 9 % al año durante el resto de la década actual. Esto representa una meta excepcionalmente difícil para países cuyo PIB per cápita creció, en promedio, un 1,2 % en los 10 años anteriores a la pandemia de COVID‑19.
En España, la situación tampoco mejora
EAPN la Plataforma Europa de Entidades Sociales que luchan contra la pobreza y la exclusión social, acaba de presentar su XII Informe “El Estado de la Pobreza en España”. Y, lamentablemente muestra, en la práctica totalidad de sus indicadores, un retraso importante y creciente en el cumplimiento de la Agenda 2030 en su ODS 1: Poner fin a la pobreza.
En el año 2021 un total de 13,1 millones de personas, es decir, el 27,8% de la población española, están en riesgo de pobreza y/o exclusión social, un punto más que en el año anterior. En términos absolutos, unas 380.000 personas están en riesgo de exclusión social o pobre este último año.
Con respeto a 2015, año de inicio para conseguir los objetivos de la Agenda 2030, y dado que se ha recorrido un tercio del tiempo estipulado, se ha hecho menos de la mitad de lo necesario para cumplir el objetivo 1 de erradicar la pobreza en todas sus dimensiones. De haber cumplido con estos plazos, la cifra actual debería de ser de 10,7 millones de personas en riesgo de pobreza en España, y no de 13,1 millones.
En los dos últimos años, los de la pandemia, se ha perdido prácticamente la totalidad de lo poco que se había ganado en los 4 años anteriores. Así, las cifras de pobreza se mantienen casi iguales que en 2015, a inicios de la Agenda 2030.
Norte vs Sur, también en España
El informe deja España claramente dividida en dos mitades. Las regiones del norte tienen tasas bajas en los indicadores de pobreza y exclusión y, en su mayoría, son cercanas a las de los países más desarrollados de la Unión Europea. Por el contrario, las comunidades y ciudades del sur de España muestran tasas muy elevadas.
Además del territorio donde vivimos, otro factor de riesgo de pobreza es tener hijos. Todos los hogares en los que viven niños, niñas y adolescentes tienen tasas más altas en los principales indicadores que aquellos donde hay solo adultos. Y no es algo coyuntural, sino que sucede todos los años.
Casi la mitad de la población española (44,9%) tiene alguna clase de dificultad para llegar a final de mes. Se ha reducido en 0,3 puntos porcentuales respecto al año pasado. Y entre los que tienen mucha dificultad para llegar a fin de mes, este porcentaje cae del 10% al 8,8%.
Aunque con poca intensidad, la brecha de pobreza (la cantidad de dinero que una persona necesita ingresar para dejar de ser pobre) se incrementa por tercer año consecutivo. Desde 2018, las personas pobres lo son cada vez más a pesar del crecimiento continuado del PIB per cápita ente 2017 y 2019.
Desigualdad
El informe de EAPN nos indica que la desigualdad también sigue aumentando en España. La renta del 20% más rico es 62 veces más elevada que la del 20% más pobre, lo que supone un aumento de 0,4 puntos respecto al año anterior, demostrando así los efectos que ha tenido la pandemia sobre la desigualdad.
Otro dato interesante en que en 2021 la renta media por persona se redujo en 23 euros con respecto a 2020. Pero, a pesar de que prácticamente se mantuvo igual, lo destacable es que acabó con un período de 6 años consecutivos de crecimiento.