En nuestro entorno existen hoy numerosas posibilidades de participación social que nos invitan al cambio brindándonos alternativas para que participemos activamente en cada una de nuestras esferas o ámbitos más cercanos. Únicamente tenemos que ser conscientes y reconocer nuestra responsabilidad de lo que ocurre en cualquier parte del mundo, sentirnos ciudadanos globales de este mundo.

Cuando seamos conscientes de ello y le pongamos rostro y nombre a cada persona, situación y conflicto saldremos al encuentro del otro, uniéndonos a esa movilización social que busca el cambio, que estimula e incita una alteración de las estructuras sociales, económicas y/o políticas que favorezcan la transformación y la construcción de una sociedad más justa, equitativa, solidaria y más humana.

Unidos los factores de toma de conciencia, de pertenencia a una sociedad global, sentimiento de responsabilidad, compromiso, participación activa y mentalidad cosmopolita que nos lleva a conocer y reflexionar críticamente, me lancé a la acción, a intentar transformar la realidad y a luchar por un mundo mejor para todas las personas sin exclusión. Y por todo ello, me sumé a Entreculturas puesto que entiendo el voluntariado de desarrollo como un proceso socioeducativo, como expresión personal de solidaridad para la transformación global y como cauce de participación ciudadana donde intervienen los distintos factores que he mencionado, sin olvidarnos del factor fundamental que es el de la participación transformadora, puesto que primero debemos comenzar por nosotros mismos, educar nuestra mirada construyendo críticamente otra forma de ver y actuar en el mundo para así poder crecer como ciudadanos/as y luchar junto a otras personas que tienen la misma convicción de poder cambiar las estructuras injustas, convirtiendo así el voluntariado en un estilo de vida.

Mi voluntariado, por tanto se funde en mi estilo de vida, es un proceso, que a su vez es parte de procesos, vivencias y experiencias más profundas y amplias que os comparto en la imagen titulada Línea del Tiempo, donde resumo mi trayectoria como voluntaria. Y a la vez, vivo el voluntariado como un medio donde intento lograr cambios, transformar una realidad injusta y visibilizar e incidir políticamente. Ser la voz de aquellas personas que sufren a causa de situaciones injustas.

Estas son las razones por las que soy voluntaria. Enteculturas me brinda la gran oportunidad de movilizarme para apoyar, denunciar y cuestionar conectando lo local y lo global (“glocal”) y todo ello desde el ámbito educativo, puesto que la Educación es la herramienta más poderosa que tenemos en nuestras manos para cambiar nuestros estilos de vida y el mundo.

Además nos ofrece la formación que necesitamos como voluntarias y voluntarios dándonos técnicas vinculadas a nuestra tarea, mostrándonos los valores de la organización y brindándonos la oportunidad de reflexionar sobre distintos aspectos que nos llevan a tener una mayor conciencia social, entre otras. Pero la esencia de Entreculturas, creo que además de todo lo anterior, es su acompañamiento, el cuidado, la atención y el apoyo que nos manifiesta, sintiéndonos que no estamos solos en esta lucha.

Por todo ello, le doy las GRACIAS a la ONGD Entreculturas, a su curso de Voluntariado, que me ha hecho descubrir y profundizar en aspectos que aún tenía ocultos y en concreto a la delegación de Extremadura, a ese gran equipo que lo forma, gracias al cual he aprendido y aprendo cada día a tener una mirada global, crítica y transformadora que me lleva a la acción.

“Mucha gente pequeña.

en lugares pequeños,

haciendo cosas pequeñas,

puede cambiar el mundo”

                                                Eduardo Galeano

Ana Belén Lena Cordero es profesora de Religión Católica en el IES Puente Ajuda de Olivenza (Badajoz). Voluntaria de Entreculturas y profesora acompañante de la Red Solidaria de Jóvenes de Extremadura.