Venezuela sufre desde hace años una crisis humanitaria compleja que se manifiesta en la pérdida de institucionalidad, disminución de hasta un 80% del producto interno bruto, hiperinflación, precarización del trabajo y del salario, emigración forzada y deterioro alarmante de los servicios públicos.
La educación, base fundamental para un desarrollo humano y sostenible, ha sido una de las más afectadas por esta situación. Es difícil cuantificar esta tragedia, porque no existe información confiable de los organismos públicos sobre la matrícula escolar en sus diferentes niveles y modalidades y por tanto no se pueden elaborar indicadores de tasa de escolaridad, prosecución, exclusión y otras muchas más. Mucho menos se pueden ofrecer informaciones sobre la calidad educativa ya que Venezuela no participa en ninguna propuesta internacional (Pisa, Llece) para evaluar el rendimiento de los alumnos. El gobierno eliminó la única prueba de aptitud académica nacional, previa al ingreso a la universidad.
A falta de esa información oficial nos atendremos a la Encuesta de Condiciones de vida de los venezolanos (Encovi) llevada a cabo en 2022 por un equipo investigador de la Universidad Católica Andrés Bello y a las consultas de algunos docentes de Venezuela.
Según Encovi, la población de Venezuela en 2022 es de 28 millones de habitantes ya que cinco millones emigraron del país a partir del año 2015. La mayoría de los que emigraron es población activa joven por lo que Venezuela perdió las ventajas bono demográfico.
Entre 2019 y 2022 disminuyó la matrícula escolar en cerca de 650.000 alumnos. Casi la mitad de los infantes de 3 a 5 años no asisten a centros educativos. Se estima que un millón y medio de niños, niñas y adolescentes de 3 a 17 años están fuera del sistema escolar. Reitera el estudio que la principal razón para abandonar los estudios es la poca pertinencia de la oferta educativa. La pobreza aumenta los riesgos de exclusión escolar. La educación privada aumenta sobre todo en bachillerato a expensas de la pública. La población más vulnerable resiente la falta de internet (73%) y de dispositivos digitales (69%).
La profesora Luisa Pernalete, docente del Centro de formación Padre Joaquín de Fe y Alegría, ofrece en una entrevista a un periódico digital una visión de la situación actual de la educación. En la educación pública que es el 85% de la matrícula escolar, los niños van a clase dos días a la semana. Hay muchas escuelas que no tienen el personal docente completo y debido a los sueldos de miseria que otorga el ministerio pocos bachilleres se animan a estudiar una carrera docente de tal manera que han cerrado escuelas de educación. A pesar de eso y de no lograrse los objetivos del programa, el Ministerio ha mandado instrucciones de promover a todos los alumnos.
Los principales problemas de la educación púbica son una deficiente nutrición de los niños y adolescentes ya que los programas alimentarios no funcionan o lo hacen de forma esporádica. El transporte es otro problema adicional, especialmente para los alumnos de bachillerato que deben acudir a liceos fuera de su comunidad y el que más afecta es el sueldo de los docentes que no alcanza a 50 dólares al mes. Casi el 50% de los maestros ejerce otra actividad para poder sobrevivir.
Caso aparte merece la educación de Fe y Alegría. El padre José Gregorio Terán coordinador general de Fe y Alegría de Venezuela relató que la organización cuenta con 178 escuelas con una matrícula de 106.000 estudiantes, 54 centros de capacitación, cinco institutos universitarios, 25 centros comunitarios de aprendizaje y 24 emisoras de radio. La planificación con creatividad, el compromiso de los docentes, el apoyo de la comunidad educativa ha logrado avances importantes en los aprendizajes de los alumnos, sobre todo en lectura y ha disminuido la deserción hasta el 2%. “Entre los retos del nuevo año escolar están el de seguir apoyando al personal, profundizar los vínculos con la familia, las comunidades, garantizar la sostenibilidad económica de nuestra propuesta educativa para desarrollar escuelas de calidad y seguras” (Diario Primicia, 5-09-2023)
El futuro de un país se construye con la educación del presente. Es imperativo el cumplimiento por parte del Estado del artículo 103 de la constitución y el apoyo sostenido de la población civil, de los empresarios, trabajadores y de la solidaridad internacional.