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CUIDAR LA TIERRA: ¿UNA RETO PARA LXS JÓVENES?

Tiempo de lectura: 5 minutos

Que vivimos inmersos e inmersas en una crisis ecosocial no es noticia nueva. Que cambiar y transformar nuestras maneras de vivir, entender y cuidar del planeta es urgente, tampoco. Y que esto nos implica en el “ahora”, pero con mirada a las generaciones futuras, mucho menos.

La juventud es consciente de esto, y se ha puesto manos a la obra. De sobra son conocidas las iniciativas y acciones que a nivel internacional están sacudiendo los cimientos y conciencias. Greta Thunberg se ha convertido en una de las referentes que han inspirado a miles de jóvenes en todo el mundo. Jóvenes que han salido a la calle, reclamando sus derechos y los del planeta, y que han impactado en las agendas políticas, económicas y sociales a muy diferente escala.

En nuestras organizaciones, Alboan y Entreculturas, estamos siendo testigos también de cómo la juventud encuentra sus espacios para poder desarrollar estas inquietudes y articularse con otros y otras jóvenes para reclamar una mayor justicia climática y un planeta más habitable para todas las personas. Ahora y para las próximas generaciones.

¿Cómo piensan estos y estas jóvenes? ¿Qué les preocupa? ¿Cómo viven este escenario de crisis? ¿Y desde dónde se comprometen y actúan? Se lo hemos preguntado a ellas directamente.

 

¡Hola! Soy María Alba, y formo parte de la Delegación de Málaga de Entreculturas, como voluntaria. Mi familia viene de un entorno muy rural, y siempre me han inculcado el respeto y el amor por la naturaleza, además de haber crecido muy vinculada a ella. A medida que iba creciendo me iba interesando más y más por el tema hasta que, llegado el momento, decidí estudiar Ciencias Ambientales en la Universidad de Málaga.

Para mí, el cuidado del planeta es un deber que tenemos todos y todas, puesto que la Tierra es nuestra casa común y nos proporciona todos los recursos que necesitamos para vivir. Lo mínimo que podemos hacer es un uso responsable de estos recursos, procurar dejar la menor huella posible a nuestro paso para que todo el mundo tenga acceso a estos mismos recursos ahora y en el futuro. Todos y todas deberíamos ser más conscientes de lo que desperdiciamos o de lo que contamina cada producto que consumimos y hacer algo al respecto.

En mi caso, además de participar en la comisión de justicia socioambiental de Entreculturas, tengo muchas acciones incorporadas a mi día a día como, por ejemplo, caminar o usar bici o transporte público, reducir el consumo de productos envueltos en plástico, utilizar productos de cosmética “cruelty free” y a ser posible en formato sólido, reutilizar todo lo que se pueda, donar la ropa que ya no me queda bien, separar los residuos para reciclar, concienciar e informar a todas las personas que puedo a mi alrededor, etc. Son acciones que al principio pueden parecer tediosas, pero poco a poco se hace el hábito, y un mínimo cambio que hagas en tu día a día, para el planeta puede suponer la diferencia.

¡Hola! Soy Irati Pérez, voluntaria y begirale (monitora) en la Gazte Sarea-Red de Jóvenes de Alboan desde hace tres años. Junto a mis compañeras y compañeros del grupo, nos ocupamos de dinamizar los encuentros anuales de jóvenes, en los que el objetivo es formar y concienciar acerca de temas relacionados con las desigualdades y la justicia social, el medio ambiente, etc. a otros grupos de jóvenes.

A raíz del encuentro de la Red del pasado año, con el lema “Somos Amazonía-Amazonia Gara”, hemos podido conocer realidades que, aunque en el mapa se encuentren alejadas de las nuestras, tienen una gran relación en cuanto al cuidado de la Tierra. Hemos visto cómo las decisiones que tomamos desde nuestra sociedad, sobre todo en cuanto a nuestra manera de consumir, repercuten de manera negativa en otras sociedades, tomando la forma de bosques deforestados, ríos contaminados o especies de animales en peligro de extinción.

Tanto en mi labor profesional como en mi día a día, me relaciono con gran cantidad de personas mayores, y he podido observar muchos conocimientos relacionados con la naturaleza. El respetar las fases lunares para podar los árboles, la preocupación constante por la lluvia, el granizo o las heladas, el conocimiento sobre las aves de la zona y sus cantos, la capacidad para predecir si el viento traerá lluvia o no, o si una planta saldrá hacia delante… Son conocimientos que, sin la implicación de las personas jóvenes, acabarán por desaparecer.

La mejor manera de aprender es observar y repetir, y yo les diría a las personas de mi generación que suban al monte una vez al mes, por lo menos. Que la próxima vez que coman una mandarina o una manzana, guarden la semilla y la planten en una maceta, a ver qué pasa.

Así, si aprendemos a ver la naturaleza como un bien preciado y no como algo que damos por hecho, podemos empezar a tomar decisiones planteándonos la repercusión de estas en la Tierra.

Cuando hablamos de medidas o decisiones que podemos tomar para el cuidado de la Madre Tierra no estamos descubriendo nada nuevo. Muchas veces estamos desenterrando el conocimiento de otras generaciones, que han vivido en codependencia con la naturaleza. Por ejemplo, una de las medidas que podemos tomar es comprar y consumir solo productos de temporada, o productos locales. Antes, esto no era una decisión, sino una necesidad. Hoy en día, sin embargo, aplicar esta medida puede reducir nuestra huella de carbono de manera significativa.

Así que mi recomendación y una de las medidas que yo intentaría aplicar cuando hablamos del cuidado de la Tierra es pensar en lo que harían generaciones anteriores a las nuestras.

¿Qué es lo peor que puede ocurrir, que nos manchemos las manos de tierra?

 

 

 

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