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VOCES VOLPA EN GUATEMALA

Tiempo de lectura: 7 minutos

En este 2021 se cumplen 30 años del nacimiento del Programa de Voluntariado Pedro Arrupe (VOLPA). En este 30º aniversario, queremos poner palabras y miradas a las personas que han decidido emprender esta experiencia de entrega y de encuentro. Queremos que nos muestren su camino lleno de  enseñanzas y lecciones de vida, del que seguro que nosotras y nosotros también tenemos mucho que aprender.

En esta ocasión queremos hacer llegar nuestro agradecimiento a todos los voluntarios y voluntarias que no sólo nos acercáis con vuestras palabras a la realidad de Guatemala, sino que nos compartís con nosotrxs vuestro corazón y recuerdos. ¡Gracias!

Guatemala: poniendo contexto

Guatemala es un país rico en diferentes culturas, con 25 pueblos que habitan su territorio. De ellos, 22 son pueblos mayas. El país se sitúa en la parte más occidental del istmo de Centroamérica, haciendo frontera con México, Honduras y El Salvador.

El territorio guatemalteco posee enormes riquezas en bosques, ríos y lagos, volcanes, flora, fauna y minerales, sin embargo, más del 60% de la población guatemalteca vive en condiciones de pobreza y este porcentaje es mayor entre la población indígena. La desigualdad es una de las características más marcadas del país. Mientras la capital y un puñado de personas concentran la mayor parte de los recursos y los servicios, hay zonas rurales sin carreteras de acceso, sin agua entubada, sin servicios de salud ni educación. Las brechas de género, de etnia, de clase social determinan las expectativas de vida y empujan a migrar. Pero en medio de esta realidad, el calor humano, la sonrisa, la positividad, la diversidad de formas de ver el mundo, hacen que cada día lo imposible se vuelva realidad.

Santa María Chiquimula

Internado Fe y Alegría

Cuando llegué a Santa María iba conduciendo el padre Natcho Blasco y conmigo iba la que sería mi compañera de viaje Ángela. Nos dejó en el Nim Ja, que, con vistas a las montañas, fue nuestro hogar y refugio el resto del año. Nim Ja significa en Quiché Casa Grande. El Nim Ja albergaba un colegio de Fe y Alegría y acogía a chicos y chicas que vivían en aldeas un poco alejadas. Ellos acabaron siendo como nuestra familia, con los que compartimos la vida.

Verónica Jiménez, VOLPA, Santa María Chiquimula, 2011 – 2012

Granja Escuela Nim Ja

La Granja fue para mí, durante mi estancia en Santa María Chiquimula, el medio para conectar con el entorno y todas aquellas personas que fui conociendo a través del proyecto. El proyecto constaba de La Granja y el proyecto en las Comunidades. Las instalaciones de La Granja tenían gallinas, cerdos, los invernaderos y el huerto; en el proyecto en las Comunidades se hacían visitas para apoyar a los huertos familiares y la instalación de invernaderos. El trabajo me sirvió para adentrarme en un mundo, con pocos recursos materiales, pero, rico en cultura y variopinto. Pero sobre todo me ayudó a conocer personas que me tocaron el corazón. Compartir conversaciones, mesa, sentirme parte de ese mundo con mezcla de la cultura maya e hispana, la naturaleza imponente, momentos de soledad… Fue una experiencia que cambió para siempre mi vida, y hoy, desde España, después de 6 años, mantengo raíces en ese pequeño rincón del mundo, que al volver a recordar me da paz y nostalgia.

José Manuel González Sayago, VOLPA, Santa María Chiquimula, 2014-2015

Proyecto Materno – Infantil

Colaboré en 2013-14 en el “programa materno infantil” y apoyando al equipo de salud en la clínica parroquial” La Natividad”- En el programa materno infantil: se daba atención sanitaria cuatro días de la semana, para la reducción de la mortalidad materna y la desnutrición infantil, atendíamos 36 aldeas, desplazándonos en un todo terreno. Mis funciones consistían en dar diferentes tipos de formaciones…higiene personal, alimentación adecuada…… y llevar el control de peso y talla mensual de unos 600 niñxs y el reparto de complementos alimenticios…el nivel de pobreza de la zona es uno de los más altos del país.

Natane Lago Elizondo, VOLPA, Santa María Chiquimula, 2013 – 2014

Clínica Parroquial

La clínica parroquial abría los jueves y domingos a cientos de personas, aprovechando que eran los días de mercado y cuando más personas de las comunidades alejadas se desplazaban al pueblo. El equipo de salud dónde me integré en mi voluntariado, fue como una familia para mí, del que aprendí mucho de lo que soy ahora. Estaba compuesto por Doña Julia, que llevaba la farmacia comunitaria y las fichas de pacientes; Doña Salo, que cuidaba con mucho amor de la bodega de los alimentos y de todo el equipo; Ricardo Pu, enfermero y responsable del equipo de salud, un todo terreno, profesional como nadie, que nos acogió y nos enseñó todo lo que pudo (hasta a inyectar) con tanta paciencia como lo hacía con sus pacientes; Nachito, que atendía la consulta de medicina tradicional, del que aprendí sobre la salud integral y las plantas medicinales y Doña Odi, encargada del laboratorio, sitio privilegiado para hacer los análisis y las pruebas necesarias.

Ángela Sanz. VOLPA 2011-2012

Consulta Médica

Pasaba consulta médica en la Clínica Parroquial que es un pequeño gran tesoro, un lugar privilegiado para conocer a la gente, para acercarme a la comunidad indígena, conocer sus costumbres y su manera de vivir la enfermedad. Ha sido una experiencia enriquecedora a la vez que un reto, ya que en Santa María el hospital más cercano estaba a más de una hora de camino y no todo el mundo podía permitirse desplazarse hasta allí. Gracias a este proyecto y al Programa de Salud Materno Infantil llega educación para la salud, medicamentos, alimentos y asistencia sanitaria a las comunidades de Santa María. Doy gracias a Entreculturas y a Fe y Alegría por haberme permitido vivir esta experiencia que ha dejado a Guatemala para siempre en mi corazón.

Mari Paz González Rodríguez, VOLPA, 2012 -2013

Santa Lucía La Reforma

La necesidad de aprender y compartir nos empujó a hacer voluntariado. La experiencia nos ha regalado vivencias únicas que nos han hecho crecer y comprometernos con la realidad social.
Somos José Ángel y Ester y convivimos en nuestra experiencia VOLPA con familias Maya Quiché del altiplano guatemalteco, concretamente en las poblaciones de Santa María de Chiquimula y Santa Lucía la Reforma.
En Santa Lucía La Reforma donde pasamos la mayor parte de nuestro voluntariado está formado por numerosas aldeas rurales con escasez de servicios básicos. Las casas se encuentran esparcidas por las montañas alejadas unas de otras, las familias son numerosas con un alto nivel de pobreza. Como dice el Padre José María Velaz, “comunidades donde no llega el asfalto y las aldeas pierden su nombre”.

José Ángel Espinar Losa y Ester Lapuerta Lozano, VOLPAS, Santa Lucía La Reforma, 2018 – 2019

IGER

Cuando me dijeron en ALBOAN que mi destino era el IGER – Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica – en Sayaxché, Petén, no podía imaginar lo que esas palabras cambiarían mi vida. Hasta ese momento valoraba lo importante que es la educación para cualquier persona, pero no había experimentado lo que significa no tener acceso a este derecho. Tampoco la enorme tarea de organizaciones como el IGER que llevan la educación hasta los rincones más excluidos. Ser parte del equipo del IGER y de radio Uy, uy, uy en Sayaxché me enseñó tanto que sigo considerado al IGER mi gran escuela de vida.

Raquel García, VOLPA, Sayaxché, 2005 – 2007

Tesoros de la experiencia VOLPA

Del acá me quedo con el grupo Volpa de aquel año, VOLPAS en formación y formadores, un puñado de “locos y locas” con ganas de cambiar el mundo, y del allá, con lo transformador del encuentro con otras personas si este se hace desde la humildad, la sinceridad, el acoger y el no juzgar. Me siento familia a miles de kilómetros de distancia.

VOLPA ha cambiado mi manera de mirar al mundo y me ha permitido tener otra perspectiva, más comprensiva, con menos prejuicios, más sensible y crítica. Siento que esta mirada renovada me ha ayudado a valorar mejor las cosas y a tomar decisiones más consecuentes y responsables.

El encuentro con el Sur no puede dejar indiferente.

Arturo Pineda Hoyuela , VOLPA, Santa María Chiquimula, 2018-2019.

De la formación VOLPA previa a viajar a terreno rescato el intenso periodo de cuestionamiento vital que abrió en mi vida gracias al cual gané en libertad y sigo creciendo. Del tiempo vivido en Guatemala me quedo con la oportunidad de establecer relaciones profundas con personas que vienen de contextos e historias de vida muy diferentes a los míos, lo que me hizo sentir cómo todos somos un mismo pueblo. Del regreso y el trabajo post-VOLPA, volver con una mirada ampliada y enriquecida, poder mirar mi propia sociedad de origen y descubrir lo que también es necesario transformar en ella para que podamos todas y todos vivir más dignamente y ser más felices en cualquier parte del planeta.

Milagros Ávila Olías, VOLPA, Santa María Chiquimula, 2016 – 2017

Es posible encontrar este texto, resumido, en www.entreculturas.org/es/que-puedes-hacer-tu/voluntariado/testimonios/30-anos-de-voluntariado-internacional-volpa-guatemala

 

Imagen de portada www.valleyadvocate.com

2 Comentarios

Ana
Reply
9 marzo, 2021 at 4:20 pm

Hola mi nombre es Ana Pérez, enfermera de Málaga, me gustaría informarme sobre el voluntariado de personal sanitario. Muchas gracias

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