Según el último informe de ACNUR, el mundo enfrenta una realidad desgarradora: más de 117 millones de personas están desplazadas por la fuerza. Esta cifra representa el 1,5% de la población mundial, casi el doble que hace una década. Detrás de esta estadística fría y abrumadora, hay rostros, miedos y sueños rotos. Son familias enteras que han dejado atrás sus hogares, sus raíces y su sentido de pertenencia.
Revisemos y reflexionemos sobre estas cifras desde una mirada compasiva y un llamado a la acción. Porque en el corazón de estos números alarmantes, se encuentran las vidas de millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo, son vidas en pausa, historias de huida y búsqueda de seguridad.
El informe Global Trends, publicado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en junio de 2024, proporciona estadísticas clave sobre el desplazamiento forzado en todo el mundo. Basado en datos oficiales, este documento aborda la situación de refugiados, solicitantes de asilo, personas desplazadas internamente y apátridas. El informe arroja luz sobre la crítica situación de millones de personas desplazadas de sus territorios de origen debido a una variedad de factores, como conflictos armados, persecuciones, violencia y eventos que perturban gravemente el orden público.
A nivel global, experimentamos un aumento del 8% de desplazados desde 2022, esto marca el duodécimo año consecutivo de incremento. Las cifras incluyen refugiados, refugiados palestinos, solicitantes de asilo, desplazados internos y otros necesitados de protección internacional. Nos indica que 1 de cada 69 habitantes del mundo ha sido desplazada, casi el doble que hace una década.
Los países de renta media y baja han dado acogida al 75% de las personas refugiadas en el mundo, incluidas otras personas que necesitan protección internacional. En otras palabras, los países menos adelantados otorgaron asilo al 21% del total. Estos países, a menudo con recursos limitados, han abierto sus puertas a los desplazados, ante lo cual nos preguntamos ¿Cómo podemos apoyarlos para que esta solidaridad no se convierta en una carga insostenible? ¿Qué estrategias de cooperación pueden fortalecer su capacidad para recibir y proteger a quienes llegan?
Es de destacar, además, que el 69% de las personas refugiadas y otras que necesitan protección internacional se encuentran en países que comparten frontera con su país de origen. Estos países, junto con los menos adelantados, han asumido la responsabilidad de albergar a la mayoría de las personas desplazadas por la fuerza, pero enfrentan desafíos logísticos, económicos y sociales. ¿Cómo podemos fortalecer la cooperación regional para garantizar su bienestar?
La diferencia más significativa radica en los desplazados internos. Con diferentes fuentes de datos entre el ACNUR y el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC), ACNUR informa de 63,3 millones de desplazados internos debido a conflictos a finales de 2023. Otro dato resaltante está asociado a las 3,6 millones de nuevas solicitudes de asilo y protección en 2023, donde Estados Unidos recibió el mayor número de solicitudes de asilo en todo el mundo, seguido por Alemania, Egipto, España y Canadá.
Se estima que hay 4,4 millones de personas apátridas, de las cuales 1,3 millones están en condición de desplazadas. La apatridia es una situación desesperante, sigue siendo un desafío importante en la protección de derechos y la búsqueda de soluciones. Detrás de las cifras de nacionalidades otorgadas, hay individuos que han vivido en la sombra, sin pertenecer a ningún lugar. ¿Cómo podemos garantizar que obtengan una identidad legal y derechos fundamentales? Las ONG que trabajan por los migrantes y refugiados pueden abogar por la creación de procedimientos más ágiles para otorgar nacionalidades y documentación. Esto garantiza que las personas apátridas tengan una identidad legal reconocida.
Algunas Realidades Esperanzadoras
El desplazamiento forzado es una realidad dolorosa, pero también es un campo donde la esperanza y la acción pueden marcar la diferencia. En 2023, 158,700 personas refugiadas fueron reasentadas en terceros países, y esto representa un paso crucial. Otros 6,1 millones regresaron a sus lugares de origen. A lo largo del año se otorgó o reconoció la nacionalidad de 32.200 personas apátridas.
Estos números quizá representan esperanza y oportunidad. Si bien el retorno seguro y sostenible de las personas desplazadas a sus países de origen es fundamental para la estabilidad y la reconstrucción, sin embargo, ¿Cómo podemos asegurar que estos procesos sean dignos y sostenibles?
ACNUR indica en su informe que protege o asiste a 122,6 millones de personas entre refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos, personas apátridas y otros grupos vulnerables. Estas cifras son aproximadas y están sujetas a ajustes, no incluyendo eventos posteriores a diciembre del 2023.
Algunas ONG de hecho colaboran con gobiernos y comunidades receptoras para garantizar una acogida digna. Esto implica programas de integración, acceso a servicios básicos y apoyo emocional. El SJM, Entreculturas y Alboan, por ejemplo, pueden colaborar con ACNUR en programas de desarrollo comunitario, acceso a educación y empoderamiento económico. Esto va más allá de la emergencia y se enfoca en la resiliencia a largo plazo.
Un Llamado a la Solidaridad y la Acción
Para comprender mejor la realidad detrás de estas cifras, consideremos especialmente los testimonios clave, acerquémonos a la realidad de los migrantes, conozcamos sus historias, escuchemos las voces de quienes han experimentado el desplazamiento forzado. Sus relatos nos recuerdan la urgencia de abordar esta crisis humanitaria. También conozcamos y apoyemos la labor de las organizaciones no gubernamentales (ONG) que desempeñan un papel crucial en la atención a migrantes.
En esta mirada contemplativa, recordemos que cada número es una vida, cada porcentaje es una historia. ¿Cómo podemos mantener viva nuestra compasión y empatía hacia quienes sufren el desplazamiento forzado? ¿Qué acciones concretas podemos tomar como sociedad y como ONG para aliviar el sufrimiento y construir un mundo más justo y solidario? Sigamos trabajando juntos para tejer una red de apoyo, acogida y esperanza en medio de la adversidad.
En última instancia, la esperanza radica en la acción colectiva. En Entreculturas y Alboan, junto a organizaciones como el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), ACNUR, CEAR y otras, podemos seguir tejiendo redes de apoyo, promoviendo la dignidad y construyendo un mundo más justo para todas las personas afectadas por el desplazamiento.
El desplazamiento forzado es un desafío global que requiere una respuesta colectiva. Como sociedad, debemos trabajar juntos para encontrar soluciones y garantizar un mundo más seguro y justo para todos. Las interrogantes sobre la protección, la prevención de conflictos y el impacto en las generaciones futuras nos instan a seguir reflexionando y actuando en consecuencia, a hacernos cargo de estas realidades tan injustas.
La foto de portada es de Blaise Sanyila para ACNUR